jueves, 27 de septiembre de 2012

FIESTA DE LOS SANTOS ARCANGELES, MIGUEL,GABRIEL Y RAFAEL (29 DE SEPTIEMBRE)


De los Arcángeles; Miguel, Gabriel y Rafael, la Sagrada Escritura revela misiones singulares y que, sirviendo a Dios día y noche, y contemplando Su Rostro, a Él glorifican sin cesar. Son tres de los siete que conforman el coro angélico de los Arcángeles.

San Miguel, como príncipe de los ejércitos celestiales, fue entendido como particular defensor del Pueblo elegido (Dan 10,21; Ap 12,7ss). Miguel quiere decir: ¿Quién como Dios? O "Nadie es como Dios". Es decir: ¿quién es tan grande, tan amable y justo como Dios?. Y de ahí podemos vislumbrar su misión y su importancia. En la Iglesia, la veneración a San Miguel Arcángel se remonta al primer siglo. Es representado como el Ángel guerrero, el conquistador de Lucifer, poniendo su pie sobre el enemigo infernal, amenazándole con su espada o traspasándolo con su lanza. Se le suele representar con una balanza, pues es defensor de la justicia y su fiesta es la más antigua de las instituidas en honor de los ángeles, la única que se celebraba en los primeros tiempos. Se le venera como quien derrotó a Satanás y sus seguidores y los echó del cielo. Es reconocido como guardián de los ejércitos cristianos contra los enemigos de la Iglesia y como protector de los cristianos contra los poderes diabólicos. Así mismo como el ángel de la plegaria y de la adoración y como presentador de las almas de los difuntos a la luz del Paraíso, “la luz santa prometida a Abraham y a su descendencia”. La Iglesia nos enseña que este Arcángel está puesto a custodiar el paraíso y llevar a él a los que podrán ser recibidos allí. A la hora de la muerte, se libra una gran batalla, ya que el demonio tiene muy poco tiempo para hacernos caer en tentación, o desesperación, o en falta de reconciliación con Dios. En este momento, San Miguel, está al lado del moribundo defendiéndolo. San Miguel es nuestro protector y para ello es poderoso y bondadoso. Su bondad, es tan grande como su poder. Bajo sus órdenes, todos los ángeles trabajan por la protección de los hombres. Aquí sería bueno preguntarnos: ¿nosotros nos empeñamos tanto como ellos en nuestra propia salvación?
El Arcángel Gabriel, enviado por el Señor a diferentes misiones, su nombre significa: "Dios es mi protector". A este Arcángel se le nombra varias veces en la Biblia. Él fue el que le anunció al profeta Daniel el tiempo en el que iba a llegar el Redentor. Dice así el profeta: "Se me apareció Gabriel de parte de Dios y me dijo: dentro de setenta semanas de años aparecerá el Santo de los Santos" (Dan. 9). Al Arcángel San Gabriel se le confió la misión más alta que jamás se le haya confiado a criatura alguna: anunciar a la Virgen María el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios y su maternidad divina. Cuando se le apareció a Zacarías para anunciarle que iba a tener por hijo a Juan Bautista se presentó así: "Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios" (Luc. 1, 19). Gabriel: en hebreo significa "Dios es fuerte", "Fortaleza de Dios". San Lucas dice: "Fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, a una virgen llamada María, y llegando junto a ella, le dijo: ‘Salve María, llena de gracia, el Señor está contigo’. Ella se turbó al oír aquel saludo, pero el ángel le dijo: ‘No temas María, porque has hallado gracia delante de Dios. Vas a concebir un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será Hijo del Altísimo y su Reino no tendrá fin’". San Gabriel es el patrono de las comunicaciones y de los comunicadores, porque trajo al mundo la más bella noticia: que el Hijo de Dios se hacía hombre.

El Arcángel Rafael significa “Medicina de Dios”. Tiene un papel muy importante en la vida de Tobías, al mostrarle el camino a seguir y lo que tenía que hacer. Tobías obedeció en todo al arcángel San Rafael, sin saber que era un mensajero de Dios. Él se encargó de presentar sus oraciones y obras buenas a Dios, dejándole como mensaje bendecir y alabar al Señor, hacer siempre el bien y no dejar de orar. Se le considera patrono de los viajeros por haber guiado a Tobías en su viaje. Es patrono, también, de los médicos (de cuerpo y alma) por las curaciones que realizó en Tobit y Sara, el padre y la esposa de Tobías.

La fe católica y la aceptación de la Biblia conducen de modo necesario a considerar a las criaturas angélicas como otras más de las obras de Dios. Los ángeles se encuentran presentes de tal modo en la historia de la relación de los hombres con Dios, que si negáramos su existencia nada de esa relación se podría sostener. Aparecen, de hecho, junto al hombre con toda naturalidad, como un elemento más de la existencia sobrenatural y trascendente del hombre que nos ha sido revelada. Y su presencia es habitual: unos personajes espirituales, según se desprende de su comportamiento –no están sujetos a las leyes físicas como el hombre– que, en ocasiones, se designan por su nombre propio, como es el caso de Miguel, Gabriel y Rafael. Los vemos al comienzo de la historia de la salvación, en el Paraíso, y en otros numerosos momentos de esa historia, casi siempre como mensajeros de Dios. Especialmente significativo, en este sentido, es el anuncio de la Encarnación del Hijo de Dios a María, por medio del arcángel Gabriel, con lo que dio comienzo la singular y salvadora presencia de Dios en el mundo. El mismo Jesucristo habla de ellos varias veces. Por ejemplo, cuando se refiere al fin del mundo: Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles... Pero antes habían aparecido ya en gran número con ocasión de su nacimiento, anunciando el hecho a los pastores de Belén; le sirvieron en el desierto después de su ayuno y de haber sido tentado por el diablo; un ángel le confotará en la agonía de Getsemaní; están presentes junto al sepulcro de Cristo resucitado; cuando ascendió finalmente a los cielos, ángeles hacen caer a sus discípulos en la cuenta de la realidad que vivían, para que comenzarán sin más dilación la extensión del Evangelio.

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